• martes 02 de enero de 2024 - 12:00 AM

2024… !Apuesta por la esperanza!

No obstante, si se nos vienen problemas tan serios, entonces, más que nunca este año nuevo se nos exige tomar buenas decisiones

Para el hombre de a pie “la cosa está dura”, porque el precio de la comida está por las nubes, y el empresario se queja también  porque las ventas están bajas. Uno y otro ponen sus ojos en los funcionarios, pues la gestión de gobierno debe resolver estos problemas.

El parte les asiste la razón, pues la ineficacia de los  esfuerzos gubernamentales es la resultan de la corrupción que debilita el poder de la voluntad ciudadana,  expresada en las leyes, resoluciones, sentencias judiciales que se emiten. Los años pasan, se  señalan responsables, y todo sigue igual.

Pareciera que el nuevo año 2024 trae puesta una careta para ocultar las desgracias que muchos vaticinan caerán sobre la sociedad panameña. El COVID, las tensiones globales por la repartición del mundo y sus riquezas, y la fragmentación social y empresarial, describen un  panorama apocalíptico, que los politiqueros aplauden por las cercanías electorales.

Si intentamos comparar nuestros problemas con los que aquejan otras latitudes, podemos concluir que los nuestros son el resultado de la dificultad que tenemos los panameños “para ponernos de acuerdo”. ¿Y eso por qué? Podríamos  responder diciendo que tenemos un exceso de  líderes; que preferimos culpar  a otros para  lavar nuestras culpas,  porque el temor que está alojado en la “psiquis colectiva”, facilita que se descarguemos en otro la solución de nuestros problemas.

No obstante, si se nos vienen problemas tan serios, entonces, más que nunca este año nuevo se nos exige tomar buenas decisiones. Eso requiere afinar bien los sentidos y el entendimiento, porque hay  gente asalariada que te quieren  llevar al error, regando semillas de pesimismo y desilusión por doquier.

Muchos caerán en esa trampa, pero está   demostrado que remar contra la corriente no es nada nuevo para la mayoría  de los panameños, me propongo en estas líneas crear la motivación sobre la idea de que un Panamá próspero, no es una quimera.  No estamos en una coyuntura, en la que perder una elección sea lo peor que nos pueda suceder. La esperanza es el pegamento que hace posible unir las  elecciones con el futuro  de una Patria grande anhelado por los panameños.

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