Esta campaña electoral se ha desarrollado en un período corto, pero altamente controversial. Con un Ex-Presidente asilado, y otro con miedo de pasar por AVESA, con 2 candidaturas presidenciales pendiente de fallos judiciales y un TE que con sus actuaciones desacertadas atiza más y más, la incertidumbre electoral. Las elecciones “van porque van”, así que por una semana más, recibiremos propuestas descabelladas.
Como ya nos ha pasado antes, los problemas de la pobreza y el desempleo siguen recibiendo las mismas repuestas demagógicas de siempre de siempre, mientras el país sigue navegando a la deriva. Panamá mantiene todo su potencial, sólo faltaría que los electores elijamos un Presidente con las habilidades y el liderazgo necesario como para conciliar en ese propósito, los intereses de empresarios y trabajadores decentes.
La corrupción ha logrado neutralizar la capacidad productiva de los panameños, y consecuentemente ha repartió riquezas entre círculos de amigos, y reservó para las mayorías bolsas y cupones, que algunos exhiben como la tajada del pastel recogida del piso. La corrupción pareciera invencible; sin embargo sus adoradores se encontrarán con hombres y mujeres decentes que haremos causas común para derrotar en las urnas el cáncer de la corrupción, y de paso sepultar con votos a todos sus indignos pregoneros.
Puedes estar seguro que tras cada propuesta de esas que no te explican cómo se realizarán, con qué recursos se cuentan, y que tampoco te inviten a participar en su ejecución, existe un pestilente aroma a corrupción. Cómo creemos que como país ganaremos el respeto del resto del mundo, cuando sin recato alguno más de un “descerebrado” encuentra méritos en los gobernantes que “robaron pero hicieron”.
Se percibe en muchos panameños sean adultos o jóvenes, esa chispa de superación que nos ha invitado a asumir grandes retos en nuestras vidas, la que hoy debe avivarse con los ejemplos de vidas de trabajo y sacrificios de amigos, vecinos y parientes. La gente decente somos los más, y en estas elecciones juntos derrotaremos a los corruptos de una vez por todas. El ambiente de terror que la corrupción ha impuesto sobre la decencia, tiene las horas contadas, con presidio incluido.
