• viernes 03 de mayo de 2024 - 12:00 AM

Y después del 5, ¿qué?

Estamos terminando la séptima elección después de la invasión. La degradación del sistema electoral ha ido aumentando y frustrando a muchos. En la primera y hasta en la segunda elección hubo esperanzas de que se podría rescatar Panamá pero poco a poco se fueron filtrando las truculencias, principalmente porque el clientelismo y la partidocracia se apoderaron de los procesos electorales y la corrupción afloró.

Esta elección ha evidenciado la profundización de la crisis generalizada llegando a inhabilitar a un candidato presidencial y posibilidad de otro del mismo bando. Otro traicionó a los que lo apoyaron; se bajó para apoyar a uno pero no renuncia. No renunciar es una incoherencia irrespetuosa con la población.

El Tribunal Electoral en vez de garantizar la pureza de las elecciones las ha enredado.

Lo descrito ha sido el prólogo, nada edificante. Es necesario que los votantes reflexionen y, dentro de la oferta, escudriñen quiénes son los mejores o mínimo los menos malos y los seleccionen.

El gobierno que salga de estas elecciones, ya Ejecutivo, Legislativo o Regímenes Municipales deberían estar enfocados en rescatar la administración pública. Los candidatos presidenciales han propuesto cambios en la Constitución vía reformas o constituyente. Veremos qué cumplen y cómo cumplen?

Paralelo a esta supuesta intención tienen que enfrentar ingentes problemas económicos, judiciales y sociales. IVM, desempleo, agua para consumo humano y Canal, inseguridad, crimen organizado, salud, educación, basura entre otros.

Si la población no percibe que los problemas se empiezan a resolver, no creo que lleguemos a terminar el año sin explosiones sociales, si no masivas, por lo menos sectoriales que afectarán la oportunidad de resolver problemas.

Tal vez el catalizador, para empezar a reorientar el país, será el factor credibilidad. El nuevo gobierno tiene que generar confianza en la población y ser muy inclusivo para que la mayoría vea que se puede dar un compás de espera.

No puede haber ni un asomo de corrupción y que el Órgano Judicial y el Ministerio Público, diligente y creíblemente, persiga la corrupción dada en los últimos gobiernos.

Ojalá no perdamos la oportunidad que nos da este 5 de mayo, porque después será más difícil rescatar Panamá.

Es necesario que los votantes reflexionen y, dentro de la oferta, escudriñen quiénes son los mejores o mínimo los menos malos y los seleccionen
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